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Qué ver en Marrakech: 12 lugares imprescindibles que no puedes perderte

Qué ver en Marrakech
By Maroc_Marrakech_Jemaa-el-Fna_Luc_Viatour

Marrakech no es solo un destino, es una experiencia que despierta los sentidos. Sus calles están llenas de colores vibrantes, aromas exóticos y sonidos envolventes, transportándote a un mundo donde la historia y la modernidad conviven en perfecta armonía. Desde la mítica Plaza Jemaa el Fna, donde la vida nunca se detiene, hasta los suntuosos palacios y zocos laberínticos, cada rincón de la ciudad cuenta una historia fascinante.

En esta guía, descubrirás los 15 lugares imprescindibles que ver en Marrakech, desde monumentos históricos hasta rincones ocultos que solo los viajeros más curiosos llegan a conocer. Si estás listo para sumergirte en la esencia de la “Ciudad Roja”, sigue leyendo y prepárate para enamorarte de Marrakech.

Los imprescindibles que ver en Marrakech

Plaza Jemaa el Fna, el alma de Marrakech

Jemaa el Fna

Si Marrakech tuviera un latido, ¡sería la Plaza Jemaa el Fna! Este es el alma de la ciudad, el punto de encuentro donde la magia ocurre a cada segundo. Desde que sale el sol hasta bien entrada la noche, esta plaza se convierte en un torbellino de energía, con encantadores de serpientes, músicos, acróbatas y un sinfín de puestos que venden desde jugos naturales hasta caracoles en caldo (sí, ¡caracoles!).

¿Cómo cambia el ambiente?

  • De día: La plaza es un desfile de vendedores de especias, artesanos y personajes que parecen sacados de un cuento. Aquí puedes probar un jugo de naranja recién exprimido o comprar dátiles y frutos secos como un local.
  • De noche: El verdadero show empieza cuando el sol se esconde. Aparecen los puestos de comida con tajines humeantes, kebabs y sopas tradicionales, mientras los músicos y cuentacuentos transportan a los espectadores a otro tiempo. El ambiente es electrizante y la mejor forma de vivirlo es subir a una de las terrazas de los cafés para admirarlo todo desde arriba.

Consejito: No olvides llevar algo de cambio si te detienes a ver a los artistas callejeros, ¡su talento lo merece! Y si ves animales enjaulados o usados para el entretenimiento, recuerda que un turismo responsable hace la diferencia.

La Mezquita Koutoubia y su imponente minarete

Mezquita Koutoubia

Si hay un edificio que domina el horizonte de la ciudad, ese es el minarete de la Mezquita Koutoubia. Con sus 77 metros de altura, este ícono de la arquitectura almohade no solo es la mezquita más grande de Marrakech, sino también una de las más impresionantes de Marruecos. De hecho, inspiró construcciones como la Giralda de Sevilla y la Torre Hassan en Rabat.

¿Qué la hace especial?

  • Su diseño es un sueño para los amantes de la arquitectura: piedra arenisca en tonos rosados, inscripciones en árabe, mosaicos geométricos y una torre que se ilumina mágicamente al atardecer.
  • Aunque los no musulmanes no pueden entrar, los jardines de la Koutoubia ofrecen un espacio ideal para relajarse, sacar fotos y disfrutar del contraste entre la historia y el día a día de la ciudad.
  • Si visitas al caer la tarde, prepárate para un espectáculo de luces y sombras que hace que la mezquita parezca sacada de un cuadro.

Tip viajero: Justo frente a la Koutoubia, hay una zona peatonal con bancos y jardines donde puedes hacer una pausa antes de seguir explorando. ¡Es el lugar perfecto para respirar la esencia de Marrakech!

El Zoco y la Medina: un laberinto de colores y aromas

Zoco Marrakech

Bienvenido al caos más hermoso que vivirás en Marrakech: el Zoco y la Medina. Aquí se mezclan los colores, los olores y los sonidos en una experiencia que no se parece a nada. Desde el primer paso dentro de este laberinto, te sentirás envuelto en una explosión de estímulos: el aroma del cuero, el sonido del martilleo de los artesanos, el brillo de las lámparas de latón y el ir y venir de comerciantes que llevan siglos manteniendo vivas sus tradiciones.

¿Qué no puedes perderte en el Zoco?

  • Artesanías únicas: Alfombras tejidas a mano, cerámica de Fez, lámparas de cobre que parecen joyas, especias de todos los colores y aceites esenciales que huelen a lujo.
  • El arte del regateo: Aquí no hay precios fijos, así que prepárate para negociar con una sonrisa y sin miedo. ¡Es parte de la experiencia!
  • El barrio de los tintoreros: Un rincón especial donde los tejidos de lana cuelgan secándose al sol, creando un espectáculo visual impresionante.

Pausa gastronómica: Si necesitas recargar energías, busca un café escondido en los callejones y pide un té de menta acompañado de unos pastelitos de almendra. ¡Sabe aún mejor después de una jornada de compras y exploración!

Consejo esencial: No tengas miedo de perderte, porque es parte del encanto. Pero si te preocupa, usa Google Maps offline o contrata a un guía local para descubrir rincones secretos sin estrés.

Medersa Ben Youssef, la joya de la arquitectura islámica

Si hay un lugar en Marrakech que te transporta al pasado con solo cruzar sus puertas, es la Medersa Ben Youssef. Esta antigua escuela coránica, fundada en el siglo XIV y ampliada por los saadíes en el siglo XVI, es un verdadero espectáculo visual.

¿Qué hace especial a esta medersa?

  • Sus patios interiores están decorados con zellige (mosaicos tradicionales), estucos tallados con inscripciones árabes y techos de madera de cedro que parecen obra de artistas del Renacimiento islámico.
  • Fue una de las mayores madrasas (escuelas coránicas) del norte de África, con capacidad para más de 800 estudiantes que vivían en pequeñas habitaciones alrededor del patio.
  • Pasear por sus salas es una lección de historia y arquitectura a partes iguales. Además, si te fijas en los detalles de las inscripciones en las paredes, encontrarás versos del Corán y frases como «Que Dios haga eterna esta morada»—una invitación a contemplar su belleza con respeto.

Momento Insta: La luz entrando por los arcos de herradura crea una postal espectacular. ¡Ideal para fotos que parecen sacadas de un cuento de Las Mil y Una Noches!

Tip viajero: Para disfrutarla sin prisas, ve a primera hora y explora con calma cada rincón. ¡Merece la pena perderse en sus detalles!

Tumbas Saadíes, un secreto bien guardado

A simple vista, este lugar podría pasar desapercibido, pero lo que esconde en su interior es una maravilla oculta durante siglos. Las Tumbas Saadíes son el mausoleo de la dinastía saadí, que gobernó Marruecos en el siglo XVI. Durante años, estuvieron selladas y olvidadas, hasta que en 1917 fueron redescubiertas.

¿Por qué son tan especiales?

  • Están decoradas con mármoles italianos de Carrara, mosaicos geométricos y detalles dorados, mostrando el lujo con el que los saadíes querían ser recordados.
  • La Sala de las Doce Columnas es la joya del recinto, con un techo de madera de cedro esculpido con una precisión increíble. Aquí descansan los restos del sultán Ahmad al-Mansur, el más poderoso de la dinastía.
  • Aunque son un lugar de descanso eterno, el ambiente es tranquilo y evocador, con un hermoso jardín donde el silencio solo se rompe con el canto de los pájaros.

Consejo útil: La entrada es por un pasillo estrecho que suele llenarse de turistas. Si no quieres esperar mucho, llega temprano o visita justo antes del cierre.

Palacio de la Bahía: un paseo entre jardines y mosaicos

El Palacio de la Bahía es un claro ejemplo de la grandiosidad de la arquitectura marroquí. Construido en el siglo XIX por orden del gran visir Si Moussa, este palacio no tiene nada que envidiar a los de los sultanes. Su nombre, que significa «brillante» o «hermoso», le hace justicia en cada rincón.

¿Qué lo hace tan impresionante?

  • Sus jardines y patios llenos de naranjos y fuentes crean un oasis de paz en medio del bullicio de Marrakech.
  • Los techos están decorados con tallados en madera de cedro y las paredes con mosaicos zellige que reflejan la maestría de los artesanos marroquíes.
  • Fue construido para ser el palacio más lujoso de su tiempo y un refugio para las esposas y concubinas del visir, con habitaciones privadas que muestran la riqueza de la corte marroquí.

Momento WOW: El patio central, con su suelo de mármol blanco y azul, es el rincón perfecto para una foto espectacular.

Tip viajero: No hay demasiados carteles informativos dentro, así que si quieres entender bien la historia del palacio, considera contratar un guía local.

Palacio El Badi, la grandeza en ruinas

Si Marrakech tuviera un monumento que definiera el paso del tiempo, sin duda sería el Palacio El Badi. Hoy, sus restos evocan el esplendor de una época dorada, cuando el sultán Ahmad al-Mansur lo mandó construir en el siglo XVI para mostrar la riqueza de la dinastía saadí. Aunque gran parte de sus materiales fueron saqueados para construir el Palacio Real en Meknés, sus muros todavía cuentan historias de grandeza.

¿Qué hacía tan majestuoso a El Badi?

  • Fue una joya arquitectónica con 360 habitaciones, patios decorados con mosaicos, oro traído de Sudán y materiales de lujo como mármol italiano y ónix.
  • Su patio central, con una inmensa alberca y jardines de naranjos, sigue transmitiendo la sensación de opulencia que alguna vez tuvo.
  • Hoy, su atmósfera en ruinas le da un aire misterioso y evocador, perfecto para quienes aman la historia y la arqueología.

Momento Insta: Sube a la muralla y disfruta de una de las mejores vistas panorámicas de Marrakech. ¡El atardecer desde aquí es mágico!

Curiosidad: Actualmente, el palacio es hogar de una gran colonia de cigüeñas, que han hecho de sus muros su refugio.

Tip viajero: En verano, el calor puede ser intenso, así que ve temprano o al final de la tarde para disfrutar del recorrido con más comodidad.

Jardín Majorelle y el Museo Yves Saint Laurent

Si hay un rincón en Marrakech que combina naturaleza, arte y moda, es el Jardín Majorelle. Creado por el pintor francés Jacques Majorelle en los años 20, este oasis de color azul intenso y vegetación exótica se convirtió en un icono después de que Yves Saint Laurent y Pierre Bergé lo adquirieran y restauraran en los 80. Además de su exuberante colección de plantas de todo el mundo, alberga el Museo Yves Saint Laurent, un espacio dedicado al legado del célebre diseñador de moda, donde se exhiben algunas de sus creaciones más emblemáticas.

¿Por qué es tan especial?

  • El intenso azul Majorelle, combinado con cactus, fuentes y palmeras, crea un contraste espectacular que enamora a cualquier visitante.
  • El museo del jardín alberga una colección de arte islámico y piezas bereberes, que muestran la riqueza cultural de Marruecos.
  • A pocos pasos, el Museo Yves Saint Laurent rinde homenaje al diseñador, con una impresionante colección de sus creaciones y bocetos inspirados en la ciudad roja.

Momento WOW: ¡Cada esquina del jardín es una obra de arte! No te olvides de sacar fotos en la icónica fuente azul rodeada de bambú y cactus.

Tip viajero: Es un lugar muy popular, así que compra tu entrada online y llega temprano para evitar largas colas.

Dato curioso: Cuando Yves Saint Laurent falleció en 2008, sus cenizas fueron esparcidas en el jardín, convirtiéndolo en un lugar aún más simbólico.

Jardines de la Menara y su icónica postal

Jardines de la Menara

Si buscas un respiro de la energía vibrante del centro de Marrakech, los Jardines de la Menara son el lugar ideal. Este parque, que data del siglo XII, es un símbolo de la ciudad y una de sus postales más famosas gracias a su gran estanque con un pabellón que se refleja en el agua, enmarcado por las montañas del Atlas.

¿Qué los hace únicos?

  • El pabellón de la Menara era utilizado como refugio de descanso por los sultanes de la dinastía almohade. Su arquitectura sobria, junto al agua, transmite una serenidad absoluta.
  • El enorme estanque artificial servía para regar los olivares y jardines circundantes, una obra maestra de ingeniería hidráulica en su época.
  • Desde aquí, en los días despejados, se pueden ver las montañas del Atlas nevadas, creando un contraste espectacular con el paisaje árido de Marrakech.

Momento Insta: Sin duda, la foto perfecta es la del pabellón reflejado en el agua, con las montañas al fondo. ¡Parece una pintura!

Tip viajero: Es un lugar perfecto para hacer un picnic o dar un paseo relajante lejos del bullicio de la Medina. La entrada es gratuita, así que es una excelente opción para un plan tranquilo.

Otros lugares recomendados que ver en Marrakech

El Mellah, el barrio judío de Marrakech

El Mellah de Marrakech
By Yastay

Marrakech es una ciudad de contrastes, y el Mellah, su histórico barrio judío, es prueba de ello. Fundado en el siglo XVI, este enclave fue el hogar de una próspera comunidad judía que dejó una huella imborrable en la cultura y arquitectura de la ciudad.

¿Qué hace especial al Mellah?

  • Sus estrechas calles y edificios con balcones de madera muestran una arquitectura diferente a la de la Medina.
  • El Mercado del Mellah es ideal para encontrar especias, joyas y productos típicos que no verás en otras partes de Marrakech.
  • La Sinagoga Salat Alzama, con su hermoso patio azul y blanco, sigue en funcionamiento y es un sitio de gran interés cultural.
  • El Cementerio Judío Miâara es el más grande de Marruecos y una visita impactante por su simbología e historia.

Momento Insta: Las coloridas especias y productos en el mercado te darán una foto vibrante y auténtica.

Tip viajero: Es un barrio menos turístico que la Medina, lo que permite explorar con más calma y sin tanto bullicio.

Dato curioso: Aunque la comunidad judía ha disminuido con los años, sigue habiendo presencia activa, y el Mellah conserva su identidad única dentro de Marrakech.

Murallas y puertas de Marrakech: vestigios de su pasado

Marrakech no sería la misma sin su inconfundible color rojizo, que se debe en gran parte a sus murallas de adobe. Estas imponentes estructuras, construidas en el siglo XII por la dinastía almohade, envuelven la Medina como si fueran un escudo protector del tiempo.

¿Qué ver en las murallas?

  • Tienen 19 km de extensión, con una altura de hasta 9 metros, rodeando la ciudad antigua.
  • Existen varias puertas monumentales (bab en árabe) que daban acceso a la Medina. Algunas de las más impresionantes son:
    • Bab Agnaou, la más espectacular, con sus detalles en piedra azul.
    • Bab Doukkala, una de las más antiguas y mejor conservadas.
    • Bab el Khemis, que lleva a uno de los mercados más tradicionales de la ciudad.
  • Al atardecer, las murallas se tiñen de un tono dorado increíble, creando una estampa digna de una postal.

Momento Insta: La Bab Agnaou es la estrella de las fotos, con su imponente diseño almohade.

Tip viajero: Un paseo en coche de caballos (caleche) alrededor de las murallas es una forma única y relajada de descubrirlas.

Dato curioso: A lo largo de la historia, las murallas han sido testigo de eventos clave y todavía hoy protegen la esencia más tradicional de la ciudad.

El Palmeral de Marrakech: una aventura en el desierto

El Palmeral de Marrakech
By Viault

Si crees que Marrakech es solo bullicio y mercados, te sorprenderá descubrir el Palmeral, un oasis de tranquilidad con más de 100.000 palmeras. Este extenso paraje, ubicado a las afueras de la ciudad, ofrece una escapada perfecta para conectar con la naturaleza y vivir experiencias únicas.

¿Qué hacer en el Palmeral?

  • Paseos en camello: Súbete a uno de estos simpáticos animales y recorre las dunas como un auténtico nómada bereber.
  • Excursión en quad o buggy: Para los amantes de la adrenalina, recorrer el palmeral a toda velocidad es una opción brutal.
  • Relax en un resort de lujo: Algunos de los hoteles más exclusivos de Marrakech están aquí, perfectos para disfrutar del silencio y el bienestar.
  • Fotografiar un atardecer mágico: La combinación de las palmeras, el sol y la arena crean una estampa inolvidable.

Momento Insta: Un paseo en camello con la puesta de sol de fondo te dará una foto de ensueño.

Tip viajero: Si buscas una experiencia auténtica, contrata un tour con guías bereberes para conocer más sobre la historia del palmeral.

Dato curioso: El Palmeral fue creado en el siglo XI bajo el mandato de la dinastía almorávide, y desde entonces, ha sido un lugar de cultivo y refugio del calor del desierto.

Experiencias únicas en Marrakech

Dormir en un riad, la mejor forma de vivir Marrakech

Si hay algo que convierte un viaje a Marrakech en una experiencia auténtica, es alojarse en un riad. Estas antiguas casas tradicionales, con patios interiores llenos de plantas, fuentes y una decoración árabe exquisita, son el alma de la ciudad. Más que un simple hotel, un riad es un remanso de paz en medio del bullicio de la Medina.

¿Por qué elegir un riad?

  • Ambiente único: Dormirás rodeado de mosaicos coloridos, lámparas de cobre y un diseño que parece sacado de Las Mil y Una Noches.
  • Hospitalidad marroquí: Los riads suelen ser pequeños y gestionados por locales que te recibirán con té de menta y dulces caseros.
  • Ubicación inmejorable: La mayoría están dentro de la Medina, a pocos pasos de los zocos y principales atracciones.
  • Desayunos espectaculares: Olvídate de lo típico, aquí te esperan pan recién horneado, miel, mermeladas caseras, dátiles y zumo de naranja natural.
  • Terrazas con vistas: Muchos riads tienen rooftop donde puedes ver la puesta de sol sobre Marrakech o disfrutar de una cena bajo las estrellas.

Momento Insta: Un desayuno en el patio interior o en la terraza, rodeado de detalles árabes y luz natural, es el sueño de cualquier amante de la fotografía.

Tip viajero: Si buscas una experiencia más lujosa, algunos riads cuentan con spa y piscinas privadas. Reserva con antelación porque los más bonitos se llenan rápido.

Dato curioso: La palabra «riad» significa «jardín» en árabe, y originalmente estas casas eran diseñadas como refugios de frescura en medio del calor marroquí.

Relajarse en un hammam tradicional

Después de un día recorriendo Marrakech, no hay mejor forma de recargar energías que en un hammam, los icónicos baños árabes donde el vapor, los masajes y los exfoliantes naturales hacen maravillas en el cuerpo y la mente.

¿Qué te espera en un hammam?

  1. Baño de vapor: Entras a una sala caliente donde el vapor abre los poros y te ayuda a relajarte.
  2. Exfoliación con guante de kessa: Un experto te frota la piel con un guante especial y jabón negro a base de aceitunas, eliminando impurezas y dejándote como nuevo.
  3. Masaje con aceite de argán: Un tratamiento tradicional marroquí que hidrata la piel y relaja los músculos.
  4. Momento de té y desconexión: Después del tratamiento, puedes sentarte a disfrutar de un té de menta en un ambiente de tranquilidad absoluta.

¿Dónde vivir la experiencia?

  • Hammam local: Más auténtico y económico, aunque básico en servicios. Perfecto si quieres sentirte como un marroquí más.
  • Hammam de lujo: Como Les Bains de Marrakech o La Mamounia, donde la experiencia es más exclusiva, con aromas relajantes y decoraciones espectaculares.

Momento Insta: Un baño rodeado de mosaicos azules y luces tenues es pura magia.

Tip viajero: Si es tu primera vez en un hammam, opta por uno turístico con personal que hable inglés o francés para guiarte en la experiencia.

Dato curioso: Los hammams no son solo para el bienestar, también son un punto clave en la vida social marroquí, donde la gente se reúne, charla y desconecta del mundo exterior.

Mapa de los lugares que ver en Marrakech

Marrakech es un laberinto de callejuelas, zocos vibrantes y rincones ocultos llenos de historia. Para que no te pierdas (¡aunque perderse aquí también tiene su encanto!), hemos preparado un mapa interactivo con los principales lugares que ver en la ciudad. Este mapa te ayudará a organizar tu recorrido y aprovechar al máximo tu visita.

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